Estos términos aunque parezcan iguales, pueden llegar a ser diferentes.
El movimiento de software libre comenzó como una idea de libertad.
Esa libertad que cada uno reconocerá como algo propio, como un aporte a la comunidad, compartir conocimientos, difundir la idea de un software sin fronteras ni derechos de autor protegidos.
Open Source o Software Libre?
Veamos ambos términos según Wikipedia:
Open source (Código abierto):
Software Libre:
El software libre (en inglés free software, aunque esta denominación también se confunde a veces con "gratis" por la ambigüedad del término "free" en el idioma inglés, por lo que también se usa "libre software" y "logical libre" es la denominación del software que respeta la libertad de los usuarios sobre su producto adquirido y, por tanto, una vez obtenido puede ser usado, copiado, estudiado, modificado, y redistribuido libremente. Según la Free Software Foundation, el software libre se refiere a la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, modificar el software y distribuirlo modificado.
http://es.wikipedia.org/wiki/Software_libre
Por qué «software libre» es mejor que «open source».
Dado que el software libre te daría la misma libertad con cualquier otro nombre, qué nombre usemos marca una gran diferencia: palabras distintas transmiten distintas ideas.
En 1998, algunos dentro de la comunidad del software libre empezaron a usar el término «software open source»2 en lugar de «software libre» para describir lo que hacían. El término open source se asoció rápidamente con un enfoque distinto, una filosofía distinta, e incluso diferentes criterios para decidir que licencias son aceptables. El movimiento de software libre y el movimiento open source son hoy en día movimientos separados con diferentes puntos de vista y objetivos, aunque podamos y trabajemos juntos en algunos proyectos prácticos.
La diferencia fundamental entre los dos movimientos está en sus valores, en su visión del mundo. Para el movimiento open source, la cuestión de si el software debe ser de fuente abierta es una cuestión práctica, no ética. Como lo expresó alguien, «el open source es un método de desarrollo; el software libre es un movimiento social». Para el movimiento open source, el software no libre es una solución ineficiente. Para el movimiento de software libre, el software no libre es un problema social y el software libre es la solución.
Relación entre el movimiento del software libre y el movimiento «open source».
El movimiento del software libre y el movimiento open source son como dos campos políticos dentro de la comunidad del software libre.
Grupos radicales de la década de 1960 desarrollaron una reputación de sectarismo: las organizaciones se escindían por desacuerdos en detalles estratégicos, y luego se trataban entre sí como enemigas. O por lo menos, esa es la imagen que la gente tiene de ellos, tanto si era verdad como si no.
La relación entre el movimiento del software libre y el movimiento open source es justo la contraria a esa imagen. Estamos en desacuerdo en los principios básicos, pero estamos mas o menos de acuerdo en las recomendaciones prácticas. Así que trabajamos juntos en muchos proyectos específicos. No pensamos el movimiento open source como enemigo. El enemigo es el software propietario.
No estamos en contra del movimiento open source, pero no queremos que se nos mezcle. Reconocemos que han contribuido a nuestra comunidad, pero nosotros creamos esta comunidad, y queremos que la gente lo sepa. Queremos que la gente asocie nuestros logros con nuestros valores y filosofía, no con los de ellos. Queremos que se nos oiga, no estar difuminados detrás de un grupo con puntos de vista diferentes. Para prevenir que la gente piense que somos parte de ellos, hacemos malabares para no usar la palabra «open» al describir el software libre.
De modo que, por favor, menciona al movimiento del Software Libre cuando hables del trabajo que hemos hecho, y del software que hemos desarrollado —como el sistema operativo GNU/Linux.
Comparación de los dos términos.
Ambigüedad.
El término «software libre» conlleva un problema de ambigüedad para las personas de habla inglesa, un significado indeseado, «software que se puede obtener por un precio cero», que encaja también con el significado deseado: «software que da al usuario ciertas libertades». Nosotros hemos afrontado este problema publicando una definición más precisa de software libre, (véase «Definición de software libre») pero ésta no es una solución perfecta porque no elimina completamente el problema. Un término correcto menos ambiguo sería mejor, si no conllevara otros problemas.
Por desgracia, todas las alternativas en inglés conllevan sus propios problemas. Hemos examinado muchas alternativas que la gente ha propuesto, pero ninguna es lo suficientemente correcta como para que fuera una buena idea cambiarse a ella. Cualquier substituto para «software libre» tiene un problema semántico parecido o peor, esto incluye al «software open source».
La definición oficial de «software de código fuente abierto», tal y como está publicada por la Open Source Initiative, se acerca mucho a nuestra definición de software libre; de todos modos, es algo pobre en algunos aspectos, y han aceptado algunas licencias que nosotros consideramos inaceptablemente restrictivas para los usuarios. De todos modos, el significado obvio para «software de código fuente abierto» es que «puedes ver el código fuente». Este es un criterio más pobre que el del «software libre». «Software de código fuente abierto» incluye software libre, pero también incluye programas semi-libres tales como Xv, e incluso algunos programas propietarios, como Qt bajo su licencia inicial (antes de la QPL).
Ese significado obvio para «fuente abierta» no es el significado que sus defensores pretenden. El resultado es que la gente a menudo malinterpreta los que esos defensores defienden. Así definió «software open source» el escritor Neal Stephenson:
Miedo a la libertad.
El argumento principal del término «software open source» es que el término «software libre» hace que algunas personas se sientan incómodas. Esto es cierto: hablar sobre libertad, sobre asuntos éticos, sobre responsabilidades así como sobre conveniencia, es pedirle a la gente que piense sobre cosas que preferiría ignorar. Esto puede causar malestar, y algunas personas pueden rechazar la idea por eso. De esto no se debe deducir que la sociedad estaría mejor si dejamos de hablar de este tipo de cosas.
Años atrás, los desarrolladores de software advirtieron esta reacción de malestar y comenzaron a explorar otro enfoque para evitarlo. Se imaginaron que manteniendo el silencio sobre cuestiones de ética y de libertad, y hablando únicamente de los beneficios prácticos inmediatos de cierto software libre, podrían ser capaces de «vender» software más efectivamente a ciertos usuarios, especialmente a las empresas. El término open source se ofrece como una forma más de hacer esto —una forma de ser «más aceptable a las empresas». Los puntos de vista y los valores del movimiento open source se derivan de esta decisión.
Este enfoque ha demostrado ser efectivo en sus propios términos. Hoy mucha gente se está cambiado al software libre por razones puramente prácticas. Esto es bueno, mientras siga ocurriendo, ¡pero eso no es todo lo que necesitamos hacer! Atraer a los usuarios al software libre no es todo el trabajo, es sólo el primer paso.
Tarde o temprano a estos usuarios se les invitará a regresar al software propietario por alguna ventaja práctica. Innumerables empresas intentan ofrecer tal tentación, y ¿por qué iban a rechazarla los usuarios? Sólo si han aprendido a valorar la libertad que les da el software libre, en su propio interés. Depende de nosotros difundir esta idea —y para eso tenemos que hablar de libertad. En buena parte el enfoque «guarda silencio» para acercarse a las empresas puede ser útil para la comunidad, pero también debemos tener bastante libertad de hablar.
Actualmente tenemos mucho «guarda silencio», pero no tenemos suficiente libertad de hablar. La mayoría de la gente comprometida con el software libre dice poco acerca de la libertad —normalmente porque buscan tener «más aceptación en las empresas». Los distribuidores de software muestran este patrón de forma especial. Algunos distribuidores de software GNU/Linux añaden paquetes propietarios al sistema básico libre e invitan a los usuarios a considerar esto como una ventaja, en lugar de un retroceso en la libertad.
Estamos fracasando en mantener la influencia sobre los usuarios de software libre, estamos fracasando en enseñar a la gente algo de libertad y nuestra comunidad tan pronto como entran en ella. Esta es la razón por la cual software no libre —como Qt en el momento de hacerse popular— y distribuciones de sistemas operativos parcialmente libres encuentran tierra fértil. Dejar de usar la palabra libre sería un error, necesitamos hablar más, no menos, de libertad.
Si los que usan el término open source atraen a más usuarios a nuestra comunidad, se trata en sí de una contribución, pero el resto de nosotros tendrá que trabajar más duro para llevar la cuestión de la libertad a la atención de esos usuarios. Tenemos que decir «¡es software libre y te da libertad!» más veces y más alto que nunca.
¿Podría ayudar una marca registrada?
Los defensores del open source trataron de convertirlo en una marca registrada, diciendo que esto podría permitirles prevenir su mal uso. Se desistió del intento cuando se dejó prescribir la solicitud en 1999, de tal forma que el rango legal del open source es el mismo que el del «software libre»: no hay restricción legal para su uso. He oído informaciones sobre ciertas compañías que llaman open source a sus paquetes de software aunque no se ajustaban a la definición oficial; yo mismo he observado algunos ejemplos.
¿Pero habría significado una gran diferencia usar un término que es una marca registrada? No necesariamente.
Las compañías también han hecho anuncios que dan la impresión de que un programa es open source sin decirlo explícitamente. Por ejemplo, un anuncio de IBM sobre un programa que no se ajustaba a la definición oficial decía esto: «Como es común en la comunidad open source, los usuarios de la tecnología [...] también podrán colaborar con IBM [...]»
En realidad, esto no afirma que el programa fuera open source, pero muchos lectores no advirtieron ese detalle. (Debería destacar que IBM estuvo tratando sinceramente de hacer de este programa software libre, y más tarde adoptaron una nueva licencia que lo hace software libre y open source; pero cuando se hizo el anuncio, el programa no estaba cualificado para adoptar ninguno de los dos nombres).
Y así es como Cygnus Solutions, la cual se creó para ser una compañía de software libre y más tarde se expandió, por así decirlo, al software propietario, publicitó algunos productos de software propietario: «Cygnus Solutions es un líder en el mercado de open source y acaba de lanzar dos productos al mercado GNU/Linux».
A diferencia de IBM, Cygnus no estaba tratando de hacer paquetes de software libre y los paquetes no se ceñían a esa calificación. Pero Cygnus realmente no dijo que esos programas fueran open source, ellos sólo hicieron uso de ese término para dar los lectores incautos esa impresión.
Estas observaciones nos indican que una marca registrada no hubiera impedido de verdad la confusión que viene dada con el término open source.
Malentendidos del «open source».
La definición de open source es suficientemente clara y está bastante claro que el típico programa no libre no cumple con esa calificación. Entonces pensarás que «compañía de software open source» podría significar aquella cuyos productos son software libre, —o que están cerca de serlo—, ¿correcto?
Desafortunadamente, muchas compañías están tratando de darle un significado diferente.
En el encuentro del «Día de fabricantes de open source» en agosto de 1998, varios de los fabricantes comerciales invitados dijeron que ellos solamente tenían en mente convertir una parte de su trabajo en software libre —u open source—. El enfoque de sus negocios está en desarrollar accesorios propietarios —software o manuales— para vender a los usuarios de software libre. Nos piden que consideremos esto como legítimo, como parte de nuestra comunidad, debido a que parte del dinero se dona al desarrollo de software libre.
En efecto, estas compañías buscan ganar el distintivo favorable de open source para sus productos de software propietario —aún a pesar del hecho que no es software open source— porque tienen alguna relación con el software libre o porque la misma compañía también mantiene algo de software libre. (Un inversor de una compañía dijo de forma bastante explícita que incluirían en los paquetes libres que ellos soportan tan poco trabajo propio, como el que la comunidad les permita).
Con el paso de los años muchas compañías han contribuido al desarrollo del software libre. Algunas de estas compañías desarrollaban principalmente software no libre, pero las dos actividades estaban separadas; así, podíamos ignorar sus productos no libres, y trabajar con ellos en proyectos de software libre. Así que tiempo después podríamos estarles sinceramente agradecidos por sus contribuciones al software libre, sin tener que hablar sobre el resto de lo que hacían.
No podemos hacer lo mismo con estas nuevas compañías, porque no nos lo van a permitir. Estas compañías tratan activamente de conducir al público a mezclar todas sus actividades, quieren que estimemos su software no libre tan favorablemente como lo haríamos con una auténtica contribución, a pesar de que la suya no lo sea. Se presentan a sí mismas como «compañías open source», esperando que desarrollemos un sentimiento cálido y tierno hacia ellas, y que estemos locos por demostrarlo.
Esta práctica manipuladora no podría ser menos dañina si se hiciera usando el término «software libre». Pero parece que las compañías no usan el término «software libre» de esa manera; tal vez su asociación con el idealismo lo hace parecer inapropiado. El término open source abrió la puerta a esta práctica.
En una feria sectorial a finales de 1998, dedicada al sistema operativo a menudo denominado «Linux», el conferenciante invitado era un ejecutivo de una prominente compañía de software. Probablemente lo invitaron teniendo en cuenta la decisión de su compañía de «apoyar» ese sistema. Desafortunadamente, su forma de «apoyo» consiste en sacar al mercado software no libre compatible con el sistema —en otras palabras, usando nuestra comunidad como un mercado pero sin contribuir a ella.
Dijo, «no hay forma de que nosotros hagamos open source nuestro producto, pero quizá lo hagamos open source internamente. Si permitimos que nuestro personal de asistencia al cliente tenga acceso al código fuente, podrían corregir errores para los clientes y podríamos proporcionar un mejor producto y un mejor servicio». (Esto no es una cita exacta, porque no tomé nota de sus palabras, pero refleja la idea clave).
Personas del público me dijeron después, «es que no entiende la cuestión». Pero, ¿es eso cierto? ¿Qué cuestión no entendió?
A él no se le escapó la esencia del movimiento open source. Dicho movimiento no dice que lo usuarios deban tener libertad, únicamente dice que permite a más gente acceder al código fuente y al ayudar a mejorarlo conduce a un mejor y más rápido desarrollo. El ejecutivo comprendió esa cuestión completamente; no deseoso de desarrollar ese enfoque al completo, incluyendo a los usuarios, estaba pensando en implementarlo parcialmente, dentro de la compañía.
La cuestión que se le escapó es la cuestión para cuya discusión no está diseñado el open source: la cuestión de que los usuarios tienen derecho a la libertad.
Difundir la idea de libertad es un gran trabajo —necesita de tu ayuda. Por eso en el proyecto GNU somos fieles al término «software libre», y así poder ayudar a hacer ese trabajo. Si te parece que la libertad y la comunidad son importantes en sí mismas —no sólo por las ventajas que conllevan— por favor únete a nosotros usando el término «software libre».
Para concluir les dejo un video de Richard Stallman hablando sobre el Software Libre:
El movimiento de software libre comenzó como una idea de libertad.
Esa libertad que cada uno reconocerá como algo propio, como un aporte a la comunidad, compartir conocimientos, difundir la idea de un software sin fronteras ni derechos de autor protegidos.
Open Source o Software Libre?
Veamos ambos términos según Wikipedia:
Open source (Código abierto):
Código abierto es el término con el que se conoce al software distribuido y desarrollado libremente. El código abierto tiene un punto de vista más orientado a los beneficios prácticos de compartir el código que a las cuestiones éticas y morales las cuales destacan en el llamado software libre.
En la actualidad el código abierto se utiliza para definir un movimiento nuevo de software (la Iniciativa Open Source), diferente al movimiento del software libre, incompatible con este último desde el punto de vista filosófico, y completamente equivalente desde el punto de vista práctico, de hecho, ambos movimientos trabajan juntos en el desarrollo práctico de proyectos.Linus torvalds, principal referente del Open Source.
http://es.wikipedia.org/wiki/Open_source
Software Libre:
El software libre (en inglés free software, aunque esta denominación también se confunde a veces con "gratis" por la ambigüedad del término "free" en el idioma inglés, por lo que también se usa "libre software" y "logical libre" es la denominación del software que respeta la libertad de los usuarios sobre su producto adquirido y, por tanto, una vez obtenido puede ser usado, copiado, estudiado, modificado, y redistribuido libremente. Según la Free Software Foundation, el software libre se refiere a la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, modificar el software y distribuirlo modificado.
http://es.wikipedia.org/wiki/Software_libre
Por qué «software libre» es mejor que «open source».
Dado que el software libre te daría la misma libertad con cualquier otro nombre, qué nombre usemos marca una gran diferencia: palabras distintas transmiten distintas ideas.
En 1998, algunos dentro de la comunidad del software libre empezaron a usar el término «software open source»2 en lugar de «software libre» para describir lo que hacían. El término open source se asoció rápidamente con un enfoque distinto, una filosofía distinta, e incluso diferentes criterios para decidir que licencias son aceptables. El movimiento de software libre y el movimiento open source son hoy en día movimientos separados con diferentes puntos de vista y objetivos, aunque podamos y trabajemos juntos en algunos proyectos prácticos.
La diferencia fundamental entre los dos movimientos está en sus valores, en su visión del mundo. Para el movimiento open source, la cuestión de si el software debe ser de fuente abierta es una cuestión práctica, no ética. Como lo expresó alguien, «el open source es un método de desarrollo; el software libre es un movimiento social». Para el movimiento open source, el software no libre es una solución ineficiente. Para el movimiento de software libre, el software no libre es un problema social y el software libre es la solución.
Relación entre el movimiento del software libre y el movimiento «open source».
El movimiento del software libre y el movimiento open source son como dos campos políticos dentro de la comunidad del software libre.
Grupos radicales de la década de 1960 desarrollaron una reputación de sectarismo: las organizaciones se escindían por desacuerdos en detalles estratégicos, y luego se trataban entre sí como enemigas. O por lo menos, esa es la imagen que la gente tiene de ellos, tanto si era verdad como si no.
La relación entre el movimiento del software libre y el movimiento open source es justo la contraria a esa imagen. Estamos en desacuerdo en los principios básicos, pero estamos mas o menos de acuerdo en las recomendaciones prácticas. Así que trabajamos juntos en muchos proyectos específicos. No pensamos el movimiento open source como enemigo. El enemigo es el software propietario.
No estamos en contra del movimiento open source, pero no queremos que se nos mezcle. Reconocemos que han contribuido a nuestra comunidad, pero nosotros creamos esta comunidad, y queremos que la gente lo sepa. Queremos que la gente asocie nuestros logros con nuestros valores y filosofía, no con los de ellos. Queremos que se nos oiga, no estar difuminados detrás de un grupo con puntos de vista diferentes. Para prevenir que la gente piense que somos parte de ellos, hacemos malabares para no usar la palabra «open» al describir el software libre.
De modo que, por favor, menciona al movimiento del Software Libre cuando hables del trabajo que hemos hecho, y del software que hemos desarrollado —como el sistema operativo GNU/Linux.
Comparación de los dos términos.
Ambigüedad.
El término «software libre» conlleva un problema de ambigüedad para las personas de habla inglesa, un significado indeseado, «software que se puede obtener por un precio cero», que encaja también con el significado deseado: «software que da al usuario ciertas libertades». Nosotros hemos afrontado este problema publicando una definición más precisa de software libre, (véase «Definición de software libre») pero ésta no es una solución perfecta porque no elimina completamente el problema. Un término correcto menos ambiguo sería mejor, si no conllevara otros problemas.
La definición oficial de «software de código fuente abierto», tal y como está publicada por la Open Source Initiative, se acerca mucho a nuestra definición de software libre; de todos modos, es algo pobre en algunos aspectos, y han aceptado algunas licencias que nosotros consideramos inaceptablemente restrictivas para los usuarios. De todos modos, el significado obvio para «software de código fuente abierto» es que «puedes ver el código fuente». Este es un criterio más pobre que el del «software libre». «Software de código fuente abierto» incluye software libre, pero también incluye programas semi-libres tales como Xv, e incluso algunos programas propietarios, como Qt bajo su licencia inicial (antes de la QPL).
Ese significado obvio para «fuente abierta» no es el significado que sus defensores pretenden. El resultado es que la gente a menudo malinterpreta los que esos defensores defienden. Así definió «software open source» el escritor Neal Stephenson:
Linux es ``software open source'', lo cual quiere decir simplemente que cualquiera puede conseguir copias de sus archivos de código fuente.
No creo que él buscara deliberadamente rechazar o discutir la definición «oficial». Creo que simplemente aplicó las convenciones de la lengua inglesa para dar con una definición para el término. El estado de Kansas publicó una definición similar:
Hagan uso del software de código abierto. El software de código abierto es software cuyo código fuente esta disponible de forma libre y pública, aunque los acuerdos específicos de licencia varían en lo que está permitido hacer con ese código.
Por supuesto, la gente del movimiento open source abierto han intentado afrontar esto publicando una definición precisa del término, tal y como nosotros hemos hecho con el de «software libre».
Pero la explicación de «software libre» es simple —una persona que coja la idea de «libertad de expresión, no barra libre» no volverá a equivocarse. No hay una forma breve de explicar el significado apropiado de «software open source» que muestre claramente que la definición natural es la equivocada.
Miedo a la libertad.
El argumento principal del término «software open source» es que el término «software libre» hace que algunas personas se sientan incómodas. Esto es cierto: hablar sobre libertad, sobre asuntos éticos, sobre responsabilidades así como sobre conveniencia, es pedirle a la gente que piense sobre cosas que preferiría ignorar. Esto puede causar malestar, y algunas personas pueden rechazar la idea por eso. De esto no se debe deducir que la sociedad estaría mejor si dejamos de hablar de este tipo de cosas.
Años atrás, los desarrolladores de software advirtieron esta reacción de malestar y comenzaron a explorar otro enfoque para evitarlo. Se imaginaron que manteniendo el silencio sobre cuestiones de ética y de libertad, y hablando únicamente de los beneficios prácticos inmediatos de cierto software libre, podrían ser capaces de «vender» software más efectivamente a ciertos usuarios, especialmente a las empresas. El término open source se ofrece como una forma más de hacer esto —una forma de ser «más aceptable a las empresas». Los puntos de vista y los valores del movimiento open source se derivan de esta decisión.
Este enfoque ha demostrado ser efectivo en sus propios términos. Hoy mucha gente se está cambiado al software libre por razones puramente prácticas. Esto es bueno, mientras siga ocurriendo, ¡pero eso no es todo lo que necesitamos hacer! Atraer a los usuarios al software libre no es todo el trabajo, es sólo el primer paso.
Tarde o temprano a estos usuarios se les invitará a regresar al software propietario por alguna ventaja práctica. Innumerables empresas intentan ofrecer tal tentación, y ¿por qué iban a rechazarla los usuarios? Sólo si han aprendido a valorar la libertad que les da el software libre, en su propio interés. Depende de nosotros difundir esta idea —y para eso tenemos que hablar de libertad. En buena parte el enfoque «guarda silencio» para acercarse a las empresas puede ser útil para la comunidad, pero también debemos tener bastante libertad de hablar.
Actualmente tenemos mucho «guarda silencio», pero no tenemos suficiente libertad de hablar. La mayoría de la gente comprometida con el software libre dice poco acerca de la libertad —normalmente porque buscan tener «más aceptación en las empresas». Los distribuidores de software muestran este patrón de forma especial. Algunos distribuidores de software GNU/Linux añaden paquetes propietarios al sistema básico libre e invitan a los usuarios a considerar esto como una ventaja, en lugar de un retroceso en la libertad.
Estamos fracasando en mantener la influencia sobre los usuarios de software libre, estamos fracasando en enseñar a la gente algo de libertad y nuestra comunidad tan pronto como entran en ella. Esta es la razón por la cual software no libre —como Qt en el momento de hacerse popular— y distribuciones de sistemas operativos parcialmente libres encuentran tierra fértil. Dejar de usar la palabra libre sería un error, necesitamos hablar más, no menos, de libertad.
Si los que usan el término open source atraen a más usuarios a nuestra comunidad, se trata en sí de una contribución, pero el resto de nosotros tendrá que trabajar más duro para llevar la cuestión de la libertad a la atención de esos usuarios. Tenemos que decir «¡es software libre y te da libertad!» más veces y más alto que nunca.
¿Podría ayudar una marca registrada?
Los defensores del open source trataron de convertirlo en una marca registrada, diciendo que esto podría permitirles prevenir su mal uso. Se desistió del intento cuando se dejó prescribir la solicitud en 1999, de tal forma que el rango legal del open source es el mismo que el del «software libre»: no hay restricción legal para su uso. He oído informaciones sobre ciertas compañías que llaman open source a sus paquetes de software aunque no se ajustaban a la definición oficial; yo mismo he observado algunos ejemplos.
¿Pero habría significado una gran diferencia usar un término que es una marca registrada? No necesariamente.
Las compañías también han hecho anuncios que dan la impresión de que un programa es open source sin decirlo explícitamente. Por ejemplo, un anuncio de IBM sobre un programa que no se ajustaba a la definición oficial decía esto: «Como es común en la comunidad open source, los usuarios de la tecnología [...] también podrán colaborar con IBM [...]»
En realidad, esto no afirma que el programa fuera open source, pero muchos lectores no advirtieron ese detalle. (Debería destacar que IBM estuvo tratando sinceramente de hacer de este programa software libre, y más tarde adoptaron una nueva licencia que lo hace software libre y open source; pero cuando se hizo el anuncio, el programa no estaba cualificado para adoptar ninguno de los dos nombres).
Y así es como Cygnus Solutions, la cual se creó para ser una compañía de software libre y más tarde se expandió, por así decirlo, al software propietario, publicitó algunos productos de software propietario: «Cygnus Solutions es un líder en el mercado de open source y acaba de lanzar dos productos al mercado GNU/Linux».
A diferencia de IBM, Cygnus no estaba tratando de hacer paquetes de software libre y los paquetes no se ceñían a esa calificación. Pero Cygnus realmente no dijo que esos programas fueran open source, ellos sólo hicieron uso de ese término para dar los lectores incautos esa impresión.
Estas observaciones nos indican que una marca registrada no hubiera impedido de verdad la confusión que viene dada con el término open source.
Malentendidos del «open source».
La definición de open source es suficientemente clara y está bastante claro que el típico programa no libre no cumple con esa calificación. Entonces pensarás que «compañía de software open source» podría significar aquella cuyos productos son software libre, —o que están cerca de serlo—, ¿correcto?
Desafortunadamente, muchas compañías están tratando de darle un significado diferente.
En el encuentro del «Día de fabricantes de open source» en agosto de 1998, varios de los fabricantes comerciales invitados dijeron que ellos solamente tenían en mente convertir una parte de su trabajo en software libre —u open source—. El enfoque de sus negocios está en desarrollar accesorios propietarios —software o manuales— para vender a los usuarios de software libre. Nos piden que consideremos esto como legítimo, como parte de nuestra comunidad, debido a que parte del dinero se dona al desarrollo de software libre.
En efecto, estas compañías buscan ganar el distintivo favorable de open source para sus productos de software propietario —aún a pesar del hecho que no es software open source— porque tienen alguna relación con el software libre o porque la misma compañía también mantiene algo de software libre. (Un inversor de una compañía dijo de forma bastante explícita que incluirían en los paquetes libres que ellos soportan tan poco trabajo propio, como el que la comunidad les permita).
Con el paso de los años muchas compañías han contribuido al desarrollo del software libre. Algunas de estas compañías desarrollaban principalmente software no libre, pero las dos actividades estaban separadas; así, podíamos ignorar sus productos no libres, y trabajar con ellos en proyectos de software libre. Así que tiempo después podríamos estarles sinceramente agradecidos por sus contribuciones al software libre, sin tener que hablar sobre el resto de lo que hacían.
No podemos hacer lo mismo con estas nuevas compañías, porque no nos lo van a permitir. Estas compañías tratan activamente de conducir al público a mezclar todas sus actividades, quieren que estimemos su software no libre tan favorablemente como lo haríamos con una auténtica contribución, a pesar de que la suya no lo sea. Se presentan a sí mismas como «compañías open source», esperando que desarrollemos un sentimiento cálido y tierno hacia ellas, y que estemos locos por demostrarlo.
Esta práctica manipuladora no podría ser menos dañina si se hiciera usando el término «software libre». Pero parece que las compañías no usan el término «software libre» de esa manera; tal vez su asociación con el idealismo lo hace parecer inapropiado. El término open source abrió la puerta a esta práctica.
En una feria sectorial a finales de 1998, dedicada al sistema operativo a menudo denominado «Linux», el conferenciante invitado era un ejecutivo de una prominente compañía de software. Probablemente lo invitaron teniendo en cuenta la decisión de su compañía de «apoyar» ese sistema. Desafortunadamente, su forma de «apoyo» consiste en sacar al mercado software no libre compatible con el sistema —en otras palabras, usando nuestra comunidad como un mercado pero sin contribuir a ella.
Dijo, «no hay forma de que nosotros hagamos open source nuestro producto, pero quizá lo hagamos open source internamente. Si permitimos que nuestro personal de asistencia al cliente tenga acceso al código fuente, podrían corregir errores para los clientes y podríamos proporcionar un mejor producto y un mejor servicio». (Esto no es una cita exacta, porque no tomé nota de sus palabras, pero refleja la idea clave).
Personas del público me dijeron después, «es que no entiende la cuestión». Pero, ¿es eso cierto? ¿Qué cuestión no entendió?
A él no se le escapó la esencia del movimiento open source. Dicho movimiento no dice que lo usuarios deban tener libertad, únicamente dice que permite a más gente acceder al código fuente y al ayudar a mejorarlo conduce a un mejor y más rápido desarrollo. El ejecutivo comprendió esa cuestión completamente; no deseoso de desarrollar ese enfoque al completo, incluyendo a los usuarios, estaba pensando en implementarlo parcialmente, dentro de la compañía.
La cuestión que se le escapó es la cuestión para cuya discusión no está diseñado el open source: la cuestión de que los usuarios tienen derecho a la libertad.
Difundir la idea de libertad es un gran trabajo —necesita de tu ayuda. Por eso en el proyecto GNU somos fieles al término «software libre», y así poder ayudar a hacer ese trabajo. Si te parece que la libertad y la comunidad son importantes en sí mismas —no sólo por las ventajas que conllevan— por favor únete a nosotros usando el término «software libre».
Para concluir les dejo un video de Richard Stallman hablando sobre el Software Libre:
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